EL ESPEJO DE LA RACIONALIDADLos miembros de Antonini – Schön – Zemborain (ASZ) pueden considerarse parte de la segunda generación de arquitectos del Movimiento Moderno en la Argentina, una generación que privilegió el hacer sobre el predicar. Este grupo, que abarca a arquitectos formados en la universidad reformista de los sesenta, ingresó a la profesión con la idea de convertir en realidad la mirada ética que le había legado la generación anterior, con escasas realizaciones. Williams, Bonet, Acosta, Baliero y otros maestros de la modernidad argentina fueron sus instigadores intelectuales, pero elos apostaron a que las palabras se convirtieran en acciones. Es cierto que encontraron un terreno fértil en lo ideológico y en lo económico. Por entonces, la sociedad argentina contaba con una amplia burguesía intelectual y progresista dispuesta a dar pasos audaces hacia lo nuevo. Además, después de la crisis económica de 1962, el país creció el 4% anual hasta 1975.El estudio ASZ supo aprovechar el contexto en el comenzó a existir, aplicando talento y empeño a sus propuestas. Ganó y obtuvo sobresalientes menciones en una impresionante cantidad de concursos nacionales que abarcaron temas tan distintos como centros culturales, centros cívicos, terminales de ómnibus, municipalidades y conjuntos de viviendas. La seguidilla de premios no sólo se basó en la eficiente respuesta a los programas, también incluyó una buena cantidad de nuevas soluciones tipológicas y de propuestas sistémicas que no constituyen una genialidad aislada que se mira el ombligo: nacen de un método general de pensamiento y aportan una familia de soluciones. La sólida experiencia obtenida en la etapa de concursos convirtió a ASZ en un estudio de arquitectura con mayúsculas, capaz de eludir lo superficial y alimentar su producción con lo esencial.
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